Un
tremendo trío: a la izquierda Madeleine
K. Albright, antigua Secretaria de Estado de EEUU (1997-2001) en el
gobierno de Bill Clinton, en el centro de la foto Suzanne Nossel, Directora
Ejecutivo de Amnistía Internacional sección EEUU y antigua empleada de Hillary
Clinton, esposa de Bill Clinton, y a la derecha, James
Wolfensohn, antiguo presidente del Banco Mundial (1995-2005) que llevó
a la ruina
a pueblos enteros con su política neoliberal, obedeciendo a las
indicaciones de Wall Street, estas tres personalidades
reunidas para un debate humanitario bajo el título: «¿Está el sueño de
Por
Mikel Itulain
El
gran desafío de todas estas asociaciones humanitarias catalogadas bajo la
denominación de ONGs — es decir Organizaciones No Gubernamentales— es la de
lograr tener su propia autonomía económica y financiera que las blinde de
guardar una independencia objetiva y soberana al momento de posicionarse como
mediador o ente auxiliador en un conflicto social, en una guerra, en una
catástrofe natural. Pero generalmente ninguna cuenta con esa independencia o
autonomía financiera. Las ONGs son hoy en día grandes estructuras, con cientos
de empleados, locales, y todo esto tiene un precio —a pesar de los benévolos
que trabajan — y sólo pueden existir gracias a la ayuda financiera indispensable
de ciertos poderes estatales o empresariales que han comprendido la gran
utilidad de controlar o dirigir de cierta manera estas herramientas
humanitarias, muchas veces instrumentalizadas.
Amnistía
Internacional, en su página web, en su sección Actúa, en abril de 2012, pedía
la colaboración de los ciudadanos e indicaba que ya había recogido 11.962
firmas para supuestamente pedir el fin de la represión en Siria. Encabezaba el
titular como: «¿Por qué calla el mundo ante la situación en Siria?»,
mencionando en el texto que estaban haciendo presión, y pidiendo ayuda para
hacerla, hacia gobiernos como: Brasil, India o Sudáfrica, con el fin de que
«demuestren su liderazgo apoyando una resolución firme y jurídicamente
vinculante que ayude a parar el baño de sangre en Siria».
¿A qué tipo de resolución se refiere Amnistía Internacional? ¿A una como la 1973 aplicada a Libia? ¿A la supuesta Responsabilidad para Proteger que ha conducido a la destrucción del país libio y a la llegada de los fundamentalistas islámicos junto a los miles de asesinatos y violaciones? ¿A otro bombardeo criminal de la OTAN matando miles de civiles? Preocupan estas cosas. Aunque Amnistía Internacional (AI) pueda decir que no aprobaba todo esto, sí aprobó la actuación de Naciones Unidas en Libia y lo hizo amparándose en datos falsos, como hemos visto en el capítulo sobre los medios de comunicación. Gadafi no bombardeo ni atacó a la población civil, no había motivos para ninguna intervención militar. Y no debe de olvidar AI que esa Responsabilidad para Proteger elaborada en 2005 no está en
Siguiendo
con ese comunicado vemos que culpabiliza de las muertes de civiles a las
fuerzas de seguridad sirias y no habla para nada de los extremistas islámicos que han entrado
en el país, que como bien debe saber AI están extendiendo el terror y
causando estragos en la población civil.
Tampoco
dice nada sobre que ya, hacia finales del año 2011, más
de 2.000 muertos eran de las propias fuerzas de seguridad sirias, algo
llamativo. Si hubiese 2.000 soldados israelíes muertos en una lucha con los
palestinos, ¿qué pasaría?, ¿qué no se justificaría para aprobar las acciones
militares de Israel?, mejor no preguntarlo, creo, porque con tan solo dos o
tres soldados israelís muertos se justifican bombardeos que matan a millares de
civiles.
Respecto
a las muertes de civiles, de
acuerdo a las investigaciones con rigor, son principalmente responsables las
organizaciones islamistas financiadas desde el exterior, y esto no se
menciona en el informe de AI. Otra cosa que llama la atención es que no cita
las fuentes de donde han obtenido esa información y, esto, es necesario.
Amnistía Internacional, como ya hemos comentado, lanzó
informaciones que no eran ciertas, como el caso de la mujer, Zeinab al-Hosni,
que supuestamente había sido: «decapitada, mutilada y despellejada en una
cárcel Siria», pero que luego apareció viva.
¿Qué
pretende Amnistía Internacional con esto? ¿Culpabilizar de todo al gobierno
sirio y callar ante otras atrocidades incluso mayores cometidas por los
fundamentalistas y quienes les apoyan? Amnistía tampoco ha demostrado todavía
con pruebas los crímenes de civiles atribuidos al gobierno.
¿Por
qué el mundo calla? o ¿por qué Amnistía calla ante ciertas cosas? ¿Quieren
hacer el clima favorable a una guerra? Desde luego sus hechos no son ni de
lejos los que corresponderían a una organización ecuánime y que realmente busca
proteger los derechos humanos y la paz.
AI
ya había mostrado su parcialidad, falta de rigor y de ética informativa y
humanitaria el 25 de octubre de 2011 en su informe: Crisis Sanitaria, sobre los
hospitales en Siria, en el que indicaba cosas como que ciudadanos heridos en
las protestas «habían sido agredidos físicamente en los hospitales del gobierno
por la plantilla médica, y en algunos casos se les negó el cuidado médico,
mientras otros que habían sido llevados al hospital fueron detenidos o habían
simplemente desaparecido». Estas «informaciones» fueron claramente criticadas
por el profesor Franklin Lamb, que además era miembro de Amnistía, porque no
estaban basadas en fuentes fiables y verificadas, entre estas fuentes estaba Al
Jazeera, en manos de la dictadura catarí, cuyo papel y sesgo descarado
en la cuestión Siria es obvio dada su enemistad con el gobierno de este país.
Pero lo que es más grave e importante, se volvía a acusar sin evidencias, según
indica Lamb. Este profesor además había estado visitando varios hospitales
sirios recientemente y les comentó lo que había dicho AI, que por cierto no
había contactado con ninguna plantilla médica e indicaba que se basaba en un
testigo anónimo. El personal sanitario calificó lo dicho por AI como una
«difamación gratuita de la comunidad médica siria». Franklin Lamb ofrece los
nombres de los doctores y los lugares donde estuvo, así como el contacto por
teléfono o por mail para hablar incluso con los pacientes. Termina su artículo
indicando:
El
hecho de que AI parezca haber sido algo perezosa en su trabajo y continúe
dándole mucha publicidad a su profundamente errónea «investigación» es
clamoroso.
AI además falló en cumplir con el estándar de trabajo de investigación, que quienes continuaremos en apoyar y respaldar su trabajo por los derechos humanos esperamos.
AI Amnistía Internacional y HRW Human Rights Watch,
dos ONGs que hacen un paso adelante dos atrás
Además
AI, en otra campaña de las suyas que pretende centrar las iras de la gente en
alguna persona demonizada, acusaba al gobierno sirio de cometer crímenes contra
la humanidad y de haber matado a centenares de mujeres, además de cargarle con
6.000 muertos, otra vez todos para el gobierno y sin aportar pruebas, y sin
mencionar a los terroristas islámicos.
En
esta campaña, además, solicitaba que se enviasen cartas a la mujer de Assad
para que interviniese y parase esa supuesta masacre de mujeres que hacía su
marido. No hace falta decir que esa misma carta y esa misma campaña la podía
haber hecho enviándosela a Hillary
Clinton, responsable directa del brutal ataque de la OTAN y de los
islamistas sobre Libia, que ha matado miles de civiles, entre ellos muchas
mujeres y niños, y que ha conducido a que muchas mujeres libias hayan sido y
sean objeto de violación, humillación y discriminación por los fanáticos que controlan ahora el país.
Amnistía Internacional no envío, como era de esperar, ninguna carta a
Sobre
El
consejo de administración de Amnesty International USA estimó que el trabajo de
Suzanne Nossel en las administraciones de los presidentes Bill Clinton y Barack
Obama constituye una garantía de su competencia, obviando sin embargo los
crímenes que ambas administraciones cometieron en Yugoslavia, Afganistán, Irak
y Líbano, entre otros países. La señora Nossel dio inicio a diversas campañas
contra Irán, Libia y Siria. En los últimos meses se destacó en la campaña de
mentiras destinada a intoxicar el Consejo de Derechos Humanos, con sede en
Ginebra, para lograr que el Consejo de Seguridad de
Sin ir más lejos, la propia Nossel, a la cabeza de Amnistía Internacional USA, invitó a Madeleine Albright y a otros oficiales del Departamento de Estado para hablar en su fórum de mujeres de
¿No
debería haber llevado Amnistía a Albright y a otros como Bush, Chenney o Blair
ante una Corte Penal Internacional? No, no los llevaron, no lo creyeron
oportuno, en cambio sí fueron a por los enemigos oficiales de la administración
estadounidense, tuviesen o no culpa en delitos contra los derechos humanos.
Poco después de convertirse en Directora ejecutiva, Nossel, en enero de 2012, moderó una mesa redonda en el Wellesley College, compartiendo mesa con Albright. Y allí, en esa misma mesa, incitó de la siguiente forma no a la paz y al diálogo, sino más bien a la agresión militar, como se hizo en Libia, falsificando claramente los hechos y sucesos en Siria:
«Ahora como cabeza de Amnistía Internacional-USA,
un punto de gran frustración y consternación para las organizaciones de derechos
humanos y las organizaciones de la sociedad civil durante los últimos ocho o
nueve meses, ha sido el fracaso del Consejo de Seguridad de
¿De
qué fuente?, ¿de qué informe o informes con rigor puede Amnistía decir que el
gobierno es responsable de la muerte de 5.000 civiles? ¿Es necesario que
recordemos lo que están diciendo los informes realizados por los
investigadores, que en cada caso estudiado con cierto rigor han atribuido las
muertes deliberadas de civiles fundamentalmente y principalmente a los
fundamentalistas islámicos, que en su gran mayoría provienen del
extranjero? [1]
Amnistía
parece que a base de repetir algo una y otra vez, como
hacen los medios de comunicación de las corporaciones, quiere convertirlo en
evidencia; los hechos, sin embargo, son diferentes. Toda esta falsedad y
este juego poco limpio de esta organización supuestamente humanitaria le pasará
factura en el futuro, porque no podrá decir que estaba interesada en resolver
un conflicto, en apostar por la paz y los derechos humanos, sino que lo que
realmente está haciendo es servir al juego de los intereses del poder, a los
intereses de las corporaciones. Hasta tal punto es así que la propia Nossel, en
ese discurso, se lanzaba a afirmar en un lenguaje bélico y despiadado lo que ni
Albright ni el propio Obama se atreverían a decir en público por pudor:
La
primavera pasada el Consejo de Seguridad consiguió formar una mayoría para una
acción enérgica en Libia y fue al principio muy controvertido, [causando]
muchos recelos entre los miembros del Consejo de Seguridad. Pero Gadafi cayó,
ha habido una transición allí y creo que uno habría pensado que esos recelos se
habrían apagado. ¿Cómo explicarían esto y cuál creen que es el ingrediente que
falta para romper el estancamiento y conseguir que el Consejo de Seguridad esté
a la altura de sus responsabilidades en Siria?
Coolen
Rowley, el analista que comenta este discurso, dice cómo hasta la experimentada
Albright se veía sorprendida por esa actitud tan directa de la directora de
Amnistía Internacional y como ella y otros se mostraban escépticos sobre lo que
se podría conseguir con un ataque a través de bombardeos como se hizo en Libia.
Esto
es triste, que hasta los más experimentados responsables de guerras se muestren
más cautos y cuidadosos en el tema de la guerra que una supuesta organización
humanitaria, dice mucho sobre Amnistía y dice muy mal. Los miles de civiles
muertos por el bombardeo de
Tony Cartalucci, el experto analista político estadounidense, recuerda que Amnistía Internacional recibe financiación del Open Society Institute de George Soros, además del Departamento para el Desarrollo Internacional de Gran Bretaña y de
En
el caso sirio ha seguido con su campaña y sus acusaciones, también, cómo no,
contra Rusia: Rusia: no más excusas, plántate contra el baño de sangre en
Siria, indicaba la organización. Cuando
Rusia lo que ha hecho en realidad es pedir un diálogo para solucionar los
problemas y a diferencia de otros países e instituciones también ha
denunciado la violencia de los grupos islamistas armados. Pero no
quiere caer en el error y en la locura que supuso la anterior actuación de las
Naciones Unidas en Libia, que permitió el criminal y despiadado bombardeo de
Amnistía
perversamente intenta tergiversar en torno a la violencia y malestar claramente
fomentado por occidente dentro de Siria como de alguna forma el resultado del
rechazo de Rusia a capitular ante otra intervención de
Una
Amnistía
no habla de la financiación y apoyo
exterior a los fundamentalistas que han entrado en Siria, algunos de ellos
procedentes de Libia. Ni tampoco de la participación de los servicios de
inteligencia estadounidenses, británicos o incluso israelíes en el proceso de
desestabilización de Siria.
La
respuesta al doble rasero e hipocresía de Amnistía Internacional cuando indica:
«¿Cuántas víctimas más deben sufrir antes que Rusia tome una postura decisiva
contra los crímenes contra la humanidad en Siria?», puede ser una pregunta más
contundente todavía:
¿Cuántas víctimas más deben sufrir antes de que el
mundo tome una postura decisiva contra Wall Street y Londres en su matanza
global extendiéndose de Libia a Siria, en Irán, a lo largo de Irak y en las
montañas y pueblos de Afganistán?
Me
da la impresión que AI no va a hacer campaña contra esta barbarie mucho mayor y
que tiene un claro causante.
¿AI
defiende los derechos humanos o qué defiende? Atacar al débil y hacer
reverencias y favores al poderoso no es propio de una organización humanitaria,
sino de la servidumbre, con incluso implicaciones criminales.
Ver documental abajo:
¿Qué
hace James Wolfensohn antiguo director del Banco Mundial y considerado por
muchos investigadores como un verdadero delicuente financiero (ver documental
abajo) sentado en una mesa redonda a carácter humanitario con
Ver
también: «Amnistía Internacional, la jauría humanitaria de Occidente»
(Parte 1)
FUENTE: Mikel Itulain / Red Voltaire, domingo, 9
de septiembre de 2012.
http://miguel-esposiblelapaz. Justificando la guerra.
[1] Recordamos algunos de ellos para su consulta en la
bibliografía.
Investigador
independiente español preocupado por lo que acontece cada día en el mundo. No
sólo en lo que le implica directamente en su vida diaria, sino también
interesado por los aconteceres políticos, económicos y culturales de cualquier
parte del planeta. Trabajando desde un blog, Pamplona-Iruña, Navarra, España.
Los medios
de comunicación corporativos y la guerra contra Siria
¿Es posible la paz? |