JEAN-GUY ALLARD - Estados
Unidos que pretende “liberar” a Siria financiando mercenarios; que
“democratizó” Libia a fuerza de bombardeos y que no logra evacuar a su campo de
interrogatorio de Guantánamo, ha encontrado como enseñar a los jóvenes cubanos
las virtudes de su civilización.
El Departamento de Estado
acaba de anunciar que adjudicará 700.000 dólares a quién logrará “inventar” un
videojuego que fomentará “el pensamiento crítico” entre los jóvenes cubanos –
como si fueran brutos - con el propósito de provocar “cambios en la sociedad”,
revela el sitio web Along the Malecon,
Esta grosera operación
de desestabilización – una más en el arsenal de la guerra psicológica contra
Cuba - se sitúa en un nuevo plan millonario que lleva un presupuesto de $ 4,2
millones de dólares que se derrocharán con firmas o organizaciones que viven de
las bondades de los funcionarios de Hillary Clinton.
Con una descarada franqueza característica del
poder imperial, el “State Department” precisa, entre otras donaciones parte del
presupuesto, que regalará 1.050.000 dólares para “mejorar la capacidad de los
investigadores de derechos humanos y observadores, especialmente los fuera de
La Habana”.
Eso dicho por un país
que castiga con una estancia prolongada detrás de los barrotes a quién se
atreve a actuar como agente no registrado de un gobierno extranjero.
Lo mismo se aplica a los beneficiarios de los 750.000 dólares que se
dilapidarán para atribuir “herramientas para denunciar y detectar violaciones
de los derechos humanos y corrupción” a los llamados “periodistas de
investigación que propagan y difunden en el exterior “historias” que difaman a
Cuba.
De nuevo, se gastará
dinero para criar “disidentes” usando enormes cantidades de dinero para
sobornar a ciudadanos confrontados a las consecuencias de un bloqueo que
estrangula la Isla desde décadas: nada menos que un millón de dólares será
supuestamente gastado “especialmente entre los artistas, poetas, músicos y
escritores” (textual) para lograr este propósito”.
Otros 700 000 dólares irán entre las manos de corporaciones, firmas o ONGs que enseñarán a los cubanos la belleza del llamado “libre mercado” donde los ricos no tienen que entregar sus casas a los bancos.
Los funcionarios de Clinton “prefieren” que los eventuales contratistas sean hispano hablantes “con experiencia en la isla”. Sin embrago, precisan que el número de ciudadanos estadounidenses y residentes permanentes que viajan a Cuba debe ser "limitado o excluido".
Otros 700 000 dólares irán entre las manos de corporaciones, firmas o ONGs que enseñarán a los cubanos la belleza del llamado “libre mercado” donde los ricos no tienen que entregar sus casas a los bancos.
Los funcionarios de Clinton “prefieren” que los eventuales contratistas sean hispano hablantes “con experiencia en la isla”. Sin embrago, precisan que el número de ciudadanos estadounidenses y residentes permanentes que viajan a Cuba debe ser "limitado o excluido".
Ejemplos recientes han
mostrado que violar las leyes cubanas comporta serios inconvenientes. El Departamento de
Estado dice que puede exigir a los beneficiarios de subvenciones revelar quién
en Cuba recibe el dinero o los recursos. El negocio de la
desestabilización en Cuba ha hecho rico a más de un socio del Departamento de
Estado en el pasado y ha sido objeto de múltiples desviaciones de fondos, actos
de corrupción y escándalos de fraude en el curso de los años.