jueves, 6 de septiembre de 2012

España, estado aparente


Katu Arkonada[1]
Me voy de vacaciones con la intuición de que cuando vuelva dentro de un mes el Estado Español habrá sido rescatado. Con el bono español al 7% y la prima de riesgo en 610, parece inevitable una intervención completa y no solo el rescate al sistema bancario español. En cualquier caso, y si Rajoy consiguiera tranquilizar a las elites económicas, escondidas tras el eufemismo de “mercados”, no parece muy probable que la espera se alargue mas allá de octubre, cuando
vencen algo mas de 27.000 millones de euros de deuda publica española, la mitad de ellos emitidos a menos del 4%, especialmente si, como ya ha anunciado su presidente Mario Draghi, el Banco Central Europeo no compra deuda española.

La marca España fracasa mas que el chándal olímpico español en la semana de la moda de Nueva York, la burbuja España implosiona llevándose consigo los derechos económicos, sociales y culturales de millones de personas. El neoliberalismo ya esta aquí, y al no tener competidor, proyecto político alternativo, nos muestra su rostro real en toda su crudeza. Valencia es el claro ejemplo de las políticas neoliberales basadas en la financiarización de la economía, el crédito y la burbuja inmobiliaria; privatización de los beneficios y socialización de las perdidas.
Punto de no retorno
Si bien parecía que no podía ir peor después de los recortes impuestos por Europa y ejecutados por sus vasallos del PSOE con Zapatero a la cabeza (ya no es una tragedia, es una farsa escuchar a los políticos del PSE-PSOE criticar los recortes del PP cuando tenemos tan fresca la imagen de Zapatero en mayo de 2010 anunciando los recortes en el Congreso español); si los sectores populares pensaban que ya no podían estar peor y después de llegar a un punto limite, íbamos a volver a recuperar poco a poco el Estado del Bienestar y los derechos laborales conquistados durante el ultimo siglo mediante luchas no precisamente pacificas, todos los indicadores parecen indicar que España ha traspasado el punto de no retorno. Entre enero y julio el PP ha conseguido doblar la prima de riesgo, que en enero llegó a estar en 311 puntos, 200 puntos por debajo de la italiana, mientras que ahora la prima española mira a su hermana italiana desde una altura de 100 puntos por encima.
No parece que un posible rescate sea suficiente para hacer caer a Rajoy y su gobierno, mas bien podemos estar seguros que el PP de Andrea “Que se jodan” Fabra va a aprovechar este momento para tratar de doblegar a la clase trabajadora, imponiendo unas condiciones laborales y unos salarios bajos desarrollando el esquema de las elites económicas en la búsqueda de una mayor competitividad respecto de China en la búsqueda de la Arcadia feliz del crecimiento económico. El problema es doble, porque por un lado un rescate va a implicar una condiciones de recorte de gasto mayores que las actuales, con un descenso equivalente del PIB y una agudización de la recesión. Por otro lado el crecimiento económico en estos momentos nos llevaría a un empobrecimiento social y ecológico y en ese sentido deberíamos aprovechar esta crisis como una oportunidad también para plantear nuevos paradigmas de desarrollo para nuestras sociedades. Asimismo, en una economía sustentada en el ladrillo y con 6 millones de viviendas vacías, tenemos que ver como se produce una media de 510 desahucios diarios en lo que vamos de 2012.
Paradójicamente y según el techo presupuestario recientemente presentado por el Ministerio de Economía, los gastos públicos del Estado van a subir un 9’22%, pero que nadie se lleve a engaño, el incremento del gasto público va a ir encaminado a pagar la carga extra de intereses en 2013, provocada por el aumento de la deuda y la desconfianza en España. En 2013, esos intereses serán de 9.144 millones de euros mas de los previstos (38.000 en total), casi tanto como lo que el gobierno español pretende ingresar con la subida del IVA, medida injusta donde las haya pues grava a los que mas tienen exactamente igual que a los que menos tienen, provocando un aumento de la desigualdad. Es decir, el gobierno en vez de incrementar los impuestos directos (ingresos y patrimonio) para que los ricos paguen más y pueda haber una redistribución de la riqueza más efectiva, incrementa el IVA reduciendo la capacidad de adquisición de los sectores populares e impulsando un sistema fiscal injusto por insolidario.

Estado aparente
Rene Zavaleta, político y sociólogo marxista boliviano, desarrolló la concepción del “Estado aparente” como uno que representa los intereses de una parte dominante de la sociedad, un Estado que excluye a las mayorías, que es burocrático y colonizador, que no puede representar a todos pues existen intereses de clase opuestos e irreconciliables. En el Estado aparente predomina una lógica señorial, donde no se da un sentimiento de pertenencia a un Estado-nación. En definitiva, un régimen donde unos pocos viven a costa (y por encima) de los demás.
No es tan difícil pues imaginarse a España como un Estado aparente, donde han fallado todos los dispositivos que permiten construir un Estado y las elites se ven impotentes de reconducir la situación, en una espiral de terrorismo social contra la población civil, contra las clases subalternas, mientras el sistema político se descompone, mientras se acrecienta la crisis económica e institucional. Todo ello en una España que nunca supo construirse como Estado-nación debido a que su propia existencia dependía de la negación de las naciones sobre las que se construía y con una izquierda que perdió doblemente, primero la guerra civil y después la Transición, dejando el campo libre para que la derecha asumiera la representación del Estado, subsumiendo sus intereses en los intereses de la Nación. Izquierda española que al no tener una nación sobre la que construir su proyecto, tiene muy complicado en términos históricos construir ese proyecto político que pueda identificar los intereses de clase con los intereses nacionales.
En Euskal Herria sin embargo nos encontramos ante un momento histórico, en el que la soberanía que España negaba a Euskal Herria y el resto de naciones del Estado Español ha sido erosionada. Un gobierno que no puede financiarse se traduce en un Estado no soberano y por lo tanto, en un Estado débil. Probablemente hasta que la crisis no llegue a Alemania y Francia en forma de recesión no vamos a vislumbrar el rumbo que va a tomar Europa en los próximos años, pero sin embargo debemos ir preparando una alternativa política, un proyecto político que piensen una nueva Europa social y de los pueblos, desde la propia soberanía política y económica de cada nación y desde el mas profundo sentimiento internacionalista. En Euskal Herria la izquierda soberanista vasca tiene la posibilidad histórica de construir un proyecto que defienda los intereses de clase y los intereses dela nación, construyendo un proyecto político desde abajo y por la izquierda desde posiciones claramente anticapitalistas que apuntes al horizonte emancipatorio del socialismo. No nos debe dar miedo nombrarlo, la solución, aquí y ahora, pasa por dotar al pueblo vasco de un Estado socialista, no patriarcal e internacionalista, un Estado como herramienta de transición para superar la opresión nacional, de clase y de genero que como pueblo sufrimos. Un Estado integral que, haciendo frente a las elites políticas y económicas, represente los intereses del conjunto de un pueblo.
Llegados a este punto de nuevo se vuelve central la cuestión del poder. Solo mediante la toma del poder; y el poder esta presente en muchas esferas, no solo en el gobierno, se pueden conquistar espacios de soberanía política y económica, que permitan velar por los derechos económicos, sociales y culturales de los sectores populares.
A corto plazo es obvio que las reformas estructurales (reforma financiera y reforma laboral) impuestas al Estado aparente español por la Troika (Fondo Monetario Internacional, Comisión Europea y Banco Central Europeo) y el posible rescate van a consolidar la perdida de soberanía de España y la perdida de derechos. En una mirada mas larga probablemente estemos asistiendo a una recomposición del capitalismo en el espacio geopolítico europeo. Parte del capital fijo esta siendo destruido, parte de la fuerza de trabajo esta siendo expulsada del mercado y se están creando mercados donde hasta ahora no existían, como es el caso de los bienes comunes. La crisis estructural que vivimos podría terminar en un nuevo ciclo de acumulación capitalista, esta en nuestras manos el que eso no suceda. Es el mejor momento para meter una cuña roja en ese invento llamado España y buscar la independencia de nuestro pueblo y eso debemos hacerlo también pensando en salir del capitalismo en crisis y nunca conformándonos con salir de la crisis del capitalismo.