Los partidarios de la coalición EH Bildu en el acto de clausura. |
Katu Arkonada
En un rápido y preliminar análisis de los
resultados electorales es de destacar en un primer lugar que en el próximo
Parlamento Vasco tendremos prácticamente 2/3 de parlamentarios y parlamentarias
(48 de 75) que defienden no ya solo el derecho de autodeterminación, sino al
menos de manera programática, la independencia.
Un segundo elemento a destacar es que los partidos de obediencia española, PSE, PP y UPyD se han quedado en conjunto con 363.338 votos (27 parlamentarios/as de 75) que ni siquiera alcanzan los 383.565 obtenidos en solitario por el PNV, el gran vencedor de la noche electoral que ha sabido recoger (previa siembra) el voto del miedo anti Euskal Herria Bildu.
Una Euskal Herria Bildu que con una campaña de perfil moderado y candidatos bastante discretos salvo una solida Laura Mintegi, ha sabido transmitir que otra forma de hacer política es posible y proyectarse como alternativa para hacer frente a la crisis. Aunque las expectativas se habían disparado, hay que valorar que consigue mantener el primer lugar en Gipuzkoa y afianzarse en un segundo lugar en Bizkaia y Araba, algo a tener en cuenta a la hora de dibujar escenarios para el accionar político a medio-largo plazo.
El voto territorio a territorio
En una breve y panorámica mirada a los tres herrialdes históricos, podemos observar como en Araba, hasta ahora el resguardo de una Euskadi constitucionalista, los parlamentarios soberanistas (13) son mayoría frente a los unionistas (12), desmontando un discurso que han tratado de consolidar en el imaginario de la sociedad vasca. El PP, que gobierna la Diputación, ha pasado a ser la cuarta fuerza con 29.303 votos frente a los 30.267 del PSE, los 34.122 de EH Bildu (que pasa del 19% de apoyo obtenido por Amaiur al 22%) y los 40.018 del PNV. En Bizkaia el PNV domina con 229.569 votos pero no hay que olvidar que hace 4 años obtenía 241.732 votos. En cualquier caso los votos del PNV sumados a los 128.407 de EH Bildu (que incrementa su apoyo del 19.5% de Amaiur al 21.5%) suman el 59% de los emitidos. En Gipuzkoa EH Bildu mantiene el primer lugar con 114.460 votos, 15.000 menos que los obtenidos por Amaiur hace un año, pasando de un apoyo del 35 al 32%, mientras que el PNV pasa de 83.445 a los 113.978 votos. Es aquí donde el PNV ha logrado casi con total seguridad garantizar la Lehendakaritza a Urkullu y muy probablemente la presidencia del Euskadi Buru Batzar a Egibar.
Euskal Herria Bildu como alternativa de poder
Si bien es cierto que el frente amplio de la izquierda soberanista vasca supera los 14 + 6 parlamentarios obtenidos por Euskal Herritarrok y Eusko Alkartasuna; los 21 parlamentarios y parlamentarias que van a representarnos a todos los ciudadanos vascos que creemos en la construcción de alternativas políticas desde abajo y por la izquierda se antojan pocos para las expectativas generadas. Algún elemento para la reflexión debe darnos que en el territorio histórico donde se gobierna tanto la Diputación como la capital se pierdan 15.000 votos pasando a ser la tercera fuerza en Donostia. Es cierto que los resultados no se pueden extrapolar de una elección a otra, y es hasta normal y probablemente sano acusar un cierto desgaste por la gestión del poder, pero hay datos significativos como que en los municipios donde se esta haciendo una gestión sin complicaciones se gana también de manera mas o menos sencilla como en Usurbil (56% de los votos), Oiartzun (61%) o Hernani (48%), mientras que en las localidades donde hay conflictos como Zarautz o Tolosa el PNV se ha impuesto a la coalición soberanista vasca.
En cualquier caso Euskal Herria Bildu tiene la tarea de convertirse en el referente de la oposición en un Parlamento en el que el PNV probablemente ha conseguido suficiente numero de votos y parlamentarios para no tener que firmar un pacto de gobierno con el PSE y poder dedicarse a buscar apoyos puntuales para impulsar las diferentes leyes y políticas publicas diseñadas desde Lehendakaritza en un momento político en el que va a tener que gestionar la implementación del neoliberalismo y desmontaje del estado del bienestar impulsado por el PP desde Madrid. Si lo hace bien, elevando el perfil de izquierda (probablemente haya sido un error rebajar ese perfil y tratar de disputarle al PNV su electorado mas soberanista), tiene la oportunidad de ser una alternativa de gobierno creíble en 4 años más.
Para ello es fundamental también encarar, ahora sí tras la ilegalización y el proceso electoral, el proceso constituyente de Sortu. Con todo el respeto para compañeros de viaje como Alternatiba, Eusko Alkartasuna y Aralar, esta herramienta de la que se ha dotado la mayoría política, social y sindical de la sociedad vasca que defiende el derecho de autodeterminación llamada Euskal Herria Bildu, necesita de un motor solido con un horizonte ideológico firme. La base social de la Izquierda Abertzale, que es la base social mayoritaria de EH Bildu, necesita un referente político claro, una unidad popular que se asiente en las luchas presentes en la sociedad vasca y trabaje tanto en el plano institucional, como en el de el impulso de un contrapoder popular desde los movimientos sociales a la vez que en este nuevo ciclo se hace especial énfasis en la lucha ideológica que acompañe la construcción de una hegemonía donde la liberación nacional y social se fundan en un renovado proyecto político.
Sin ese motor y referente político, probablemente estaremos viendo los limites de esta herramienta de acumulación de fuerzas, que ha obtenido prácticamente los mismo votos (276.000) que obtuvo Bildu (donde no se encontraba Aralar que sumaba otros 32.133) en las elecciones municipales de hace año y medio.
Mirando al futuro
No puedo evitar un comentario sobre dos partidos que no estarán en el próximo Parlamento Vasco, por un lado Equo Euskadi que con 11.639 votos demuestra por un lado que los movimientos sociales tienen otras alternativas políticas, y que un proyecto ecologista solo tiene sentido si se encuadra dentro de un proyecto político mas amplio y desde la izquierda, no sirve disfrazar al capitalismo de verde. Por otro lado Izquierda Unida que en cualquiera de sus variantes ha fracasado obteniendo 0 representantes de 75 posibles, demostrando también que la izquierda vasca, los sectores populares de este país tienen claro cual es la opción política que les representa desde una posición de clase. Quizás sea el momento de que la izquierda española reflexione y repiense su posición ante la cuestión identitaria.
En cualquier caso en el nuevo ciclo político iniciado hace un año, es urgente y necesario continuar el camino de la acumulación estratégica de fuerzas, mas allá de lo netamente electoral, a la vez que se construye proyecto político que permita avanzar en la consecución de nuestra plena soberanía política y económica. Para ello será necesario mirar en varias direcciones, al Norte necesitaremos una mirada a Catalunya, Islandia o Escocia, y al Sur los procesos de cambio en Latinoamérica, con todas sus contradicciones, nos demuestran cada día que es posible tomar el poder para transformar la sociedad construyendo transiciones bajo un horizonte no capitalista.
Un segundo elemento a destacar es que los partidos de obediencia española, PSE, PP y UPyD se han quedado en conjunto con 363.338 votos (27 parlamentarios/as de 75) que ni siquiera alcanzan los 383.565 obtenidos en solitario por el PNV, el gran vencedor de la noche electoral que ha sabido recoger (previa siembra) el voto del miedo anti Euskal Herria Bildu.
Una Euskal Herria Bildu que con una campaña de perfil moderado y candidatos bastante discretos salvo una solida Laura Mintegi, ha sabido transmitir que otra forma de hacer política es posible y proyectarse como alternativa para hacer frente a la crisis. Aunque las expectativas se habían disparado, hay que valorar que consigue mantener el primer lugar en Gipuzkoa y afianzarse en un segundo lugar en Bizkaia y Araba, algo a tener en cuenta a la hora de dibujar escenarios para el accionar político a medio-largo plazo.
El voto territorio a territorio
En una breve y panorámica mirada a los tres herrialdes históricos, podemos observar como en Araba, hasta ahora el resguardo de una Euskadi constitucionalista, los parlamentarios soberanistas (13) son mayoría frente a los unionistas (12), desmontando un discurso que han tratado de consolidar en el imaginario de la sociedad vasca. El PP, que gobierna la Diputación, ha pasado a ser la cuarta fuerza con 29.303 votos frente a los 30.267 del PSE, los 34.122 de EH Bildu (que pasa del 19% de apoyo obtenido por Amaiur al 22%) y los 40.018 del PNV. En Bizkaia el PNV domina con 229.569 votos pero no hay que olvidar que hace 4 años obtenía 241.732 votos. En cualquier caso los votos del PNV sumados a los 128.407 de EH Bildu (que incrementa su apoyo del 19.5% de Amaiur al 21.5%) suman el 59% de los emitidos. En Gipuzkoa EH Bildu mantiene el primer lugar con 114.460 votos, 15.000 menos que los obtenidos por Amaiur hace un año, pasando de un apoyo del 35 al 32%, mientras que el PNV pasa de 83.445 a los 113.978 votos. Es aquí donde el PNV ha logrado casi con total seguridad garantizar la Lehendakaritza a Urkullu y muy probablemente la presidencia del Euskadi Buru Batzar a Egibar.
Euskal Herria Bildu como alternativa de poder
Si bien es cierto que el frente amplio de la izquierda soberanista vasca supera los 14 + 6 parlamentarios obtenidos por Euskal Herritarrok y Eusko Alkartasuna; los 21 parlamentarios y parlamentarias que van a representarnos a todos los ciudadanos vascos que creemos en la construcción de alternativas políticas desde abajo y por la izquierda se antojan pocos para las expectativas generadas. Algún elemento para la reflexión debe darnos que en el territorio histórico donde se gobierna tanto la Diputación como la capital se pierdan 15.000 votos pasando a ser la tercera fuerza en Donostia. Es cierto que los resultados no se pueden extrapolar de una elección a otra, y es hasta normal y probablemente sano acusar un cierto desgaste por la gestión del poder, pero hay datos significativos como que en los municipios donde se esta haciendo una gestión sin complicaciones se gana también de manera mas o menos sencilla como en Usurbil (56% de los votos), Oiartzun (61%) o Hernani (48%), mientras que en las localidades donde hay conflictos como Zarautz o Tolosa el PNV se ha impuesto a la coalición soberanista vasca.
En cualquier caso Euskal Herria Bildu tiene la tarea de convertirse en el referente de la oposición en un Parlamento en el que el PNV probablemente ha conseguido suficiente numero de votos y parlamentarios para no tener que firmar un pacto de gobierno con el PSE y poder dedicarse a buscar apoyos puntuales para impulsar las diferentes leyes y políticas publicas diseñadas desde Lehendakaritza en un momento político en el que va a tener que gestionar la implementación del neoliberalismo y desmontaje del estado del bienestar impulsado por el PP desde Madrid. Si lo hace bien, elevando el perfil de izquierda (probablemente haya sido un error rebajar ese perfil y tratar de disputarle al PNV su electorado mas soberanista), tiene la oportunidad de ser una alternativa de gobierno creíble en 4 años más.
Para ello es fundamental también encarar, ahora sí tras la ilegalización y el proceso electoral, el proceso constituyente de Sortu. Con todo el respeto para compañeros de viaje como Alternatiba, Eusko Alkartasuna y Aralar, esta herramienta de la que se ha dotado la mayoría política, social y sindical de la sociedad vasca que defiende el derecho de autodeterminación llamada Euskal Herria Bildu, necesita de un motor solido con un horizonte ideológico firme. La base social de la Izquierda Abertzale, que es la base social mayoritaria de EH Bildu, necesita un referente político claro, una unidad popular que se asiente en las luchas presentes en la sociedad vasca y trabaje tanto en el plano institucional, como en el de el impulso de un contrapoder popular desde los movimientos sociales a la vez que en este nuevo ciclo se hace especial énfasis en la lucha ideológica que acompañe la construcción de una hegemonía donde la liberación nacional y social se fundan en un renovado proyecto político.
Sin ese motor y referente político, probablemente estaremos viendo los limites de esta herramienta de acumulación de fuerzas, que ha obtenido prácticamente los mismo votos (276.000) que obtuvo Bildu (donde no se encontraba Aralar que sumaba otros 32.133) en las elecciones municipales de hace año y medio.
Mirando al futuro
No puedo evitar un comentario sobre dos partidos que no estarán en el próximo Parlamento Vasco, por un lado Equo Euskadi que con 11.639 votos demuestra por un lado que los movimientos sociales tienen otras alternativas políticas, y que un proyecto ecologista solo tiene sentido si se encuadra dentro de un proyecto político mas amplio y desde la izquierda, no sirve disfrazar al capitalismo de verde. Por otro lado Izquierda Unida que en cualquiera de sus variantes ha fracasado obteniendo 0 representantes de 75 posibles, demostrando también que la izquierda vasca, los sectores populares de este país tienen claro cual es la opción política que les representa desde una posición de clase. Quizás sea el momento de que la izquierda española reflexione y repiense su posición ante la cuestión identitaria.
En cualquier caso en el nuevo ciclo político iniciado hace un año, es urgente y necesario continuar el camino de la acumulación estratégica de fuerzas, mas allá de lo netamente electoral, a la vez que se construye proyecto político que permita avanzar en la consecución de nuestra plena soberanía política y económica. Para ello será necesario mirar en varias direcciones, al Norte necesitaremos una mirada a Catalunya, Islandia o Escocia, y al Sur los procesos de cambio en Latinoamérica, con todas sus contradicciones, nos demuestran cada día que es posible tomar el poder para transformar la sociedad construyendo transiciones bajo un horizonte no capitalista.