Por: Pablo Catatumbo, integrante del
Secretariado del Estado Mayor Central de las FARC–EP
Durante varios meses del año 2012 emprendimos en la
unidad guerrillera que me acompaña la lectura de un interesante libro: la
biografía de Vladimir Ilich Ulianov, Lenin, escrita por el historiador Gerard
Walter.
Todas
las mañanas, antes de iniciar las tareas diarias, en el espacio que nuestra
movilidad guerrillera nos lo permitiera dábamos lectura a una parte de este
libro, que realmente no tiene párrafo que le sobre para quien se interese en
conocer la vida y la obra de quien llegó a ser, sin ninguna duda, la principal
y más destacada figura política del siglo XX.
Fueron
decenas de días en los que la lectura parecía ser el mejor remedio para sacudir
nos colectivamente del frío intenso del amanecer andino. El libro del Gerald
Walter resultó ser una gratificante experiencia para todos nosotros, y nos
indujo a una gran variedad de reflexiones sobre historia, teoría política y
coyuntura nacional.
El
mérito de la biografía de Walter se centra en ser un trabajo exento del
carácter apologético y acrítico que prosperó en el pasado con muchas de las construcciones Biográficas
sobre líderes comunistas. El autor enfoca su investigación en un serio trabajo
de fuentes y en un extendido estudio del contexto general en el que transcurrió
la cotidianidad de la vida de Lenin.
De
esa manera pudimos sumergirnos en los detalles de su entorno familiar, la vida
política rusa de finales del siglo XIX, su historia académica, su formación
como revolucionario y, sobre todo, los meteóricos eventos y desarrollos que
determinaron la insurrección de Octubre de 1917 y, consecuentemente, los
primeros años de la
Rusia Soviética , el primer Estado de Obreros y Campesinos en
el mundo.
En
Lenin descubrimos la experiencia de una persona que partiendo de su realidad
concreta, supo desarrollar y revolucionar la realidad circundante en el marco
de múltiples circunstancias, muchas de las cuales le eran completamente
adversas. Pero no fue un sujeto aislado sino que, por el contrario, todo su
accionar y práctica política se dieron en un estrecho vínculo con las masas
populares.
Precisamente
en Lenin vemos la superación del viejo debate de los historiadores del siglo
XIX: ¿quién hace la historia: las masas o los individuos?
El
libro de Walter nos descubre a un sujeto político cuya arma principal es la
crítica. Lenin es ante todo un crítico que va hasta las últimas consecuencias
en su accionar. Fue completamente ajeno a la hipocresía politiquera, al auto
complacencia y a los devaneos políticos que imperan en gran parte de las
discusiones políticas actuales. Lo suyo fue la acción, el compromiso y la
verdad revolucionaria.
La
esencia del leninismo puede ser apreciada en toda su expresión en el libro de
Gerald Walter: rechazo al economicismo, a la acción aislada, al
parlamentarismo, al aventurerismo, a la charlatanería, al alejamiento de los
principios y al anquilosamiento político. En contra posición a todo esto Lenin
recomendaba la disciplinada construcción de un partido de nuevo tipo, la
priorización de la acción de masas, la formación de cuadros integrales, la
propaganda y la prensa revolucionaria, la defensa del internacionalismo
proletario, la táctica flexible y la estrategia firme.
Resalto
dos aspectos adicionales que enriquecen la lectura de esta obra: el primero,
que desvirtúa el tradicional lugar común de la historiografía burguesa que ha
hecho rodar la especie de que la
Revolución de Octubre no fue más que un golpe de Estado
auspiciado por el gobierno alemán y Lenin su instrumento. Walter ahonda
ampliamente en los métodos de trabajo de masas del partido bolchevique y su
directa conexión con el objetivo insurrecciona l. Desdeñar esto solo puede
tener objetivos ideológicos, y conduce a desconocer la poderosa acción de miles
de hombres y mujeres dedicados al trabajo revolucionario diario.
El otro
aspecto, que Walter ayuda a desnudar es el papel que jugaron los diversos
servicios secretos de los países capitalistas (principalmente del MI 6
británico), en el sabotaje y las acciones terroristas contra la primera nación
socialista y, principalmente, en la búsqueda de la eliminación física de Lenin.
Una investigación más amplia
Recordando
estos hechos no puede uno evitar pensar en el papel que siempre ha jugado el
terrorismo de Estado para impedir los cambios revolucionarios, y cómo algunos
despistados intelectuales de ahora, olvidan fácilmente los difíciles años de la
guerra imperialista contra la Rusia Soviética.
La
lectura de este libro en nuestros campamentos dio hasta para las anécdotas. Menciona
Gerad Walter en su biografía a una bolchevique ejemplar, cuyo nombre era
Rosalía Zalkind, gran militante clandestina, que actuó como correo humano de
Lenin, sorteando todos los peligros para llevar la correspondencia suya al
interior del imperio zarista, en los años más duros de la clandestinidad. A la
postre, Rosalía Zalkind, resultó siendo apodada por sus compañeros: “La Paisa “, lo que hace que no
sea improbable que haya corrido por sus vena s sangre antioqueña.
Refiere
el autor en una parte del libro y a lo largo de su emocionante relato, el
importante papel jugado por esta mujer en los años preparatorios de la
insurrección. No sobra decir que ese seudónimo ruso generó numerosas
inquietudes entre nuestros combatiente por indagar y saber un poco más acerca
de esta mujer extraordinaria.
El
conocimiento sobre la vida de Lenin nos ha permitido avizorar las razones del
rechazo contemporáneo de algunos intelectuales a la figura de Lenin, y el temor
que sigue despertando su figura entre los reaccionarios.
Hoy,
en el marco del 95 Aniversario de la Revolución de Octubre, cobra renovada importancia
el estudio de la vida y las publicaciones de Lenin, maestro de los comunistas
del mundo entero. Desde las FARC EP reivindicamos su legado y lo hacemos
nuestro en cada actuación.
Noviembre 7 de 2012.