jueves, 22 de noviembre de 2012
Sobre el nuevo líder de la Coalición Nacional Siria, Ahmad Moaz
Los
múltiples rostros del jeque Ahmad Moaz Al-Khatib, por Thierry
Meyssan
La
descomposición de la oposición siria armada refleja los conflictos entre los
países que tratan de imponer el «cambio de régimen» en Damasco. El
componente más mencionado es el Consejo Nacional Sirio (CNS), conocido también
como Consejo de Estambul, por haberse constituido en esa ciudad turca.
Controlado con mano de hierro por la DGSE [1] y financiado por Qatar. Sus
miembros, a los que se ha otorgado el derecho a residir en Francia así como otras
prerrogativas, se hallan bajo la presión permanente de los servicios secretos,
que les dictan hasta sus menores declaraciones.
Los Comités
Locales de Coordinación (CLC) representan, en el terreno, a los civiles que
apoyan la lucha armada. Y, finalmente, el Ejército Sirio Libre (ESL),
controlado principalmente por Turquía, al que pertenecen la mayoría de los
combatientes, incluyendo las brigadas de al-Qaeda. El 80% de sus unidades
reconocen como su jefe espiritual al jeque takfirista Adnan Al-Arour,
que reside en Arabia Saudita.
En un
intento de recuperar el liderazgo y poner algo de orden en toda esta confusión,
Washington orientó a la Liga Árabe la convocación de una reunión en Doha,
torpedeó el CNS y obligó al mayor número posible de grupúsculos a integrar una
estructura única: la Coalición Nacional de Fuerzas de Oposición y la
Revolución. Entre bambalinas, fue el embajador estadounidense Robert S.
Ford quien distribuyó personalmente los puestos y prebendas. Al final, el
embajador Ford impuso como presidente de la Coalición una personalidad que
nunca antes había sido mencionada en la prensa: el jeque Ahmad Moaz
Al-Khatib.
Robert S.
Ford está considerado como el principal especialista del Medio Oriente en el
Departamento de Estado. Fue el asistente de John Negroponte, de 2004 a 2006, cuando el
conocido jefe de espías estadounidense aplicó en Irak el método que había
elaborado en Honduras: el uso intensivo de escuadrones de la muerte y de
Contras. Poco antes del comienzo de los incidentes en Siria, el presidente
Obama lo nombró embajador en Damasco, cargo que asumió a pesar de la oposición
del Senado estadounidense. Ya en Siria, Robert S. Ford puso inmediatamente en
aplicación el método de Negroponte, con los resultados que ya conocemos.
Si bien la
creación de la Coalición Nacional confirma que Washington retoma el control de
la oposición armada, ese acto en sí mismo no resuelve el problema de su
representatividad. Varios componentes del ESL rápidamente expresaron su
desacuerdo con ella. Lo principal es que la Coalición excluye de sus filas a la
oposición contraria a la lucha armada, como la Coordinación Nacional por el
Cambio Democrático de Haytham al-Manna.
La
designación del jeque Ahmad Moaz al-Khatib como presidente de la Coalición responde
a la necesidad de guardar las apariencias: para obtener el reconocimiento de
los combatientes, el presidente de la Coalición tenía que ser un religioso;
pero para que fuera admitido por los occidentales, tenía que parecer un
moderado. Lo más importante es que, en este periodo de intensas negociaciones,
había que poner como presidente a alguien que tuviese sólidos conocimientos
para discutir sobre el futuro del gas sirio… aunque de eso no se habla
en público.
Rápidamente,
los especialistas estadounidenses en relaciones públicas modificaron el look
del jeque Ahmad Moaz al-Khatib metiéndolo dentro de un traje de pantalón y
chaqueta sin corbata. Varios medios de prensa ya lo presentan como un líder
«modelo». Por ejemplo, un importante cotidiano estadounidense se refiere a él
como «un producto único de su cultura, como Aung San Suu Kyi en Birmania»
[2].
Veamos el
retrato que hace de este personaje la Agence France Presse (AFP) :
«Jeque
Ahmad Moaz Al-Khatib, el hombre del consenso
Nacido en
1960, el jeque Ahmad Moaz al-Khatib es un religioso moderado que fue por un
tiempo imam de la Mezquita de los Omeyas de Damasco y no pertenece a ningún
partido político.
Esa
independencia, y su proximidad con Riad Seif –gestor de la iniciativa de una
coalición ampliada–, lo convirtió en un candidato de consenso a la dirección de
la oposición.
Surgido del
islam sufista, este dignatario religioso, que ha estudiado relaciones
internacionales y diplomacia, no está vinculado ni a los Hermanos Musulmanes ni
a ninguna fuerza de oposición islamista.
Arrestado en
varias ocasiones en 2012 por haber llamado públicamente a la caída del régimen
de Damasco, se le prohibió hacer uso de la palabra en las mezquitas por orden
de las autoridades y encontró refugio en Qatar.
Originario del
propio Damasco, desempeñó un papel decisivo en la movilización en la periferia
de la capital, sobre todo en Duma, muy activa desde el comienzo de la
movilización pacífica en marzo de 2011.
“El jeque
al-Khatib es una figura de consenso que goza de un verdadero apoyo popular en
el terreno” subraya Khaled al-Zeini, miembro del Consejo Nacional Sirio (CNS).» [3].
La verdad es
muy diferente.
No existe
ningún indicio de que el jeque Ahmad Moaz al-Khatib haya estudiado alguna vez
nada parecido a relaciones internacionales y diplomacia. Pero sí está
comprobado que es ingeniero en geofísica y que trabajó durante 6 años para la al-Furat
Petroleum Company (desde 1985 hasta 1991). Esa compañía es un joint-venture
entre la compañía nacional y varias compañías extranjeras, entre ellas la
anglo-holandesa Shell, con la que se mantuvo vinculado.
En 1992
heredó de su padre, el jeque Mohammed Abu al-Faraj al-Khatib, el prestigioso
cargo de predicador en la Mezquita de los Omeyas. Fue rápidamente apartado de
esa función y se le prohibió predicar en territorio sirio. Pero eso no fue en
2012 ni tuvo nada que ver con la actual situación sino que sucedió hace 20
años, en tiempos de Hafez al-Assad. En aquel momento, Siria apoyaba la
intervención internacional para liberar Kuwait, tanto por respeto al derecho
internacional como para deshacerse del rival iraquí y acercarse a Occidente.
Pero el jeque se opuso a la Tormenta del Desierto por motivos religiosos que
eran los mismos que proclamaba… Osama Ben Laden –cuyas ideas servían por
entonces de inspiración al ahora presidente de la Coalición–, específicamente
en cuanto al rechazo de la presencia occidental en la tierra de Arabia,
considerada un sacrilegio. Todo ello condujo al jeque Ahmad Moaz al-Khatib a
proferir una serie de arengas antisemitas y antioccidentales que motivaron su
destitución.
Después de
aquello, el jeque se dedicó a la enseñanza religiosa, principalmente en el Instituto
Neerlandés de Damasco; realizó numerosos viajes al extranjero,
principalmente a los Países Bajos, Gran Bretaña y Estados Unidos. Y finalmente,
se instaló en Qatar.
En
2003-2004, volvió a Siria como cabildero del grupo Shell en momentos de
la atribución de concesiones para la prospección de petróleo y gas. A
principios de 2012, regresó nuevamente a Siria donde encendió la protesta en el
barrio de Duma (en la periferia de Damasco). Arrestado y posteriormente
amnistiado, salió del país en julio para instalarse en El Cairo.
Su familia
es de tradición sufista. Sin embargo, contrariamente a las afirmaciones de AFP,
el jeque Ahmad Moaz al-Khatib es miembro de la Hermandad Musulmana, y
por cierto no dejó de mostrarlo al final del discurso de investidura en Doha.
Siguiendo la técnica habitual de la Hermandad Musulmana, el jeque no sólo
adapta la forma sino también el fondo de sus discursos al auditorio que tiene
delante. Se dice a veces favorable a una sociedad multireligiosa, pero otras se
pronuncia por la implantación de la charia. En sus escritos, sin embargo, califica
a las personas de religión judía como «enemigos de Dios» y a los
musulmanes chiitas de «herejes rechazantes», calificativos que equivalen
a condenarlos a muerte.
En
definitiva, el embajador Robert S. Ford logró una buena jugada. Estados Unidos
embauca nuevamente a sus aliados. Al igual que en Libia, Francia ha asumido
todos los riesgos pero, en la gran repartición que pudiera producirse, Total no
obtendrá ninguna concesión ventajosa.
NOTAS:
[1] La Dirección General de Seguridad Exterior es el servicio de inteligencia exterior de Francia. NdT.
[2] «A model leader for Syria?», editorial del Christian Science Monitor, 14 de noviembre de 2012.
[3] «Un religieux, un ex-député et une femme à la tête de l’opposition syrienne», AFP, 12 de noviembre de 2012.